Una de las más bonitas poblaciones que podemos encontrar en la provincia de Huelva es la ciudad de Ayamonte, donde se encuentra la urbanización Costa Esuri.
Su situación junto a la desembocadura del Río Guadiana y a orillas del Océano Atlántico, fronteriza con Portugal, propició el asentamiento de varias culturas, siendo fenicios y griegos unos de los primeros en llegar y, especialmente, romanos, los cuales, según algunas versiones, le dieron nombre a la ciudad «Aya Montis», aún conservando las ruinas del castillo (hoy convertido en Parador de Turismo).

Atardecer desde el restaurante del Parador de Ayamonte.
De gran tradición pesquera y señorial y debido a su situación geográfica y a la política de las distintas épocas, especialmente desde el Renacimiento, Ayamonte pasaba de manos de la Corona Portuguesa a la Corona de Castilla, siendo una de las cesiones más importantes la realizada por Alfonso X El Sabio como parte de la dote de su hija Beatriz en su matrimonio con Alfonso lll de Portugal en el año 1253
Pasa definitivamente a manos castellanas en 1335, durante el reinado de Alfonso Xl de Castilla, el cual crea el marquesado de Ayamonte, comprediendo las villas de Lepe, la Redondela, San Silvestre de Guzman y Villablanca.
Ayamonte, al igual que otras poblaciones de Huelva, colaboró en el descubrimiento de América con Cristóbal Colon, siendo tres expertos marinos quienes le acompañaron en tal gesta, Juan de Zamora, González de Aguilar y su mano derecha, Rodrigo de Xerez ( como anécdota, Rodrigo de Xerez fue el primer europeo en fumar tabaco en el viejo continente por lo que fue juzgado y quemado en la hoguera por la Inquisición española acusado de brujería)
Como agradecimiento a su participación en el descubrimiento de América y por su situación fronteriza, el rey Felipe IV de España le concedió el título de Ciudad de Ayamonte (1664). Es a partir de este momento, en que el marques de Ayamonte y el Duque de Medinaceli intentan la segregación de Andaluca para convertirse en reino independiente, como consecuencia el Marques fue condenado a muerte.
Ya en el siglo XX, la ciudad se vuelca en la pesca y la industria conservera y no es hasta la llegada de la democracia, donde el comercio con Portugal y el turismo despuntan en la actividad económica.